CARTA A MARCO TULIO CICERON

Querido maestro y amigo, después de más de dos mil años, el hombre sigue cometiendo los mismos errores, sigue sin aprender.

Si, tenemos internet, que siempre es más rápido que un griego corriendo o que un jinete romano, pero en lo importante no avanzamos, es más, yo creo que vamos a peor.

Por otro lado, quería anunciarte: la nueva Roma ha caído, y en esta ocasión no hemos tardado cien, ni doscientos, ni trescientos años, ha sido de golpe, en un abrir y cerrar de ojos, aunque algunos lo veníamos anunciando desde hace un par de décadas, y de malos augures nos tacharon, pero ahí estamos en el fin de un tiempo, que tuvo cosas buenas y cosas malas, que era nuestro y que nunca volverá.

El imperio occidental, nuestros valores y principios, la democracia heredada de la cultura romana, de tu querida República por la que tanto luchaste, ha caído como fruta madura. Oriente es el futuro, y aunque algunos lo quieran vestir de colores políticos, de izquierda o derecha, la falta de libertad y otros valores diferentes, que nos son ajenos, que no entendemos, ni están en nuestra naturaleza, nos arrollan, y lo que no consiguieron los aviones, los barcos y las bombas, un simple virus, algo pequeño y microscópico lo ha logrado.

Hemos perdido la batalla y aún no nos hemos enterado. Nos estamos adaptando al nuevo entorno, algo inimaginable en las peores pesadillas, pero ahí estamos, seguimos adelante, tragando con todo, aceptando nuestro aciago destino.

Si a ti te costó tragar y convivir con oscuros personajes en el ocaso de la República, nosotros no somos menos. Que discursos podrías hacer sobre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, sus insignes ministros o la fiscalía del Estado. Y no serían peor las represalias que tu lengua viperina generase en estos tiempos, que en aquellos.

Mi querido Marco Tulio, la tristeza me embarga al comprobar que no hay respuesta, que el ingenio se extinguió hace tiempo, que solo la mediocridad nos inunda, que nos hemos rendido ante el enemigo, que nuestra cultura, nuestros valores y principios se diluyen entre fiebres, tos y neumonía atípica, que todo se derrumba a nuestro alrededor, que nada es eterno, salvo el amor de los que se fueron en silencio, en soledad absoluta, sin reprocharnos nada.

Y vuelta a empezar.

Ya sé que estas líneas te parecerán oscuras, angustiosas, incluso desesperadas, pero mi buen Marco, no te preocupes en exceso, son fruto de una visión que va más allá del optimismo pueril que el conformismo imprime en mis coetáneos. No queremos ver la realidad, y aunque me intento sumar a una ceguera sedante y colectiva, no logro alejar de mí los fantasmas de un futuro indeseado, pero real y certero.

Lo que daría por volver a subir por el Clivus Palatinus hacia lo alto del Palatino hasta llegar a tu casa, y sentarnos a la puesta del sol, y escuchar tus novedades sobre la República, o enfilar el camino de “el Retiro” hasta aquel banco en el que me sentaba a leer tus memorias entre el griterío de niños y el pasar de los turistas.

Y vuelta a empezar.

Que te voy a contar que no sepas o hayas intuido ya. Nada volverá a ser lo mismo, y aunque cansado y sin ganas de batallar, no nos queda otra, me tendré que levantar, mirar al Cesar de frente y contar al pueblo la verdad.

Y vuelta a empezar.

Me despido ya, dale recuerdos a tu hija Tulia, para ti un abrazo de los de antes, hoy se reduce a una pirueta con el codo, una mano en el corazón o el dedo medio bien tieso reivindicando sabe dios.

Más de dos mil años….

 

AQUI PUEDES VER EL VIDEO

 

"Trackback" Enlace desde tu web.

Deja un comentario

Contacta con el autor

Contacto
Share This