Con el permiso de Isaac Asimov, hoy quiero volver a otro clásico de la ciencia ficción, Arthur C. Clarke, escritor británico del siglo XX que pasó una parte importante de su vida en Sri Lanka.

Clarke era un personaje polifacético, científico, explorador, ingeniero, inventor y naturalmente escritor.

Su Ciencia Ficción no tiene nada que ver con el género de aventuras, ni crea un universo galáctico. Se podría decir que suele proponer una ciencia ficción más intelectual, más realista, en definitiva, filosofa sobre los grandes dilemas y valores de la humanidad envuelto en un celofán futurista que identificamos como ciencia ficción.

Autor prolijo, famoso por varias series, entre las que destaca “2.001 odisea en el Espacio”, llevada al cine magistralmente por Kubrick.

Nuestro universo, el tiempo, la inteligencia artificial, las diferentes dimensiones, se contraponen a la naturaleza del ser humano, y nos propone una profunda reflexión.

Aunque soy más de Asimov, de “Star wars” o “Star Trek”, no dejo de reconocer, que para llegar hasta ellos es imprescindible pasar por las propuestas de Arthur C. Clarke.

Sin duda 2.001, y sus secuelas, 2010, 2061 y 3.001 han tenido un impacto innegable en mi formación “espacial”, y no pueden faltar en mi biblioteca.

Clive Cussler, escritor norteamericano cuyas novelas de aventuras han encadenado un éxito detrás de otro a lo largo del siglo XX y lo que va del XXI

Manejó el genero con soltura, mezclando el estilo de James Bond con un toque de Indiana Jones. Paisajes exóticos, intriga y aventuras trepidantes.

Si bien las historias eran muy similares en su estructura, sin duda es lo que los seguidores esperábamos leer, pero Cussler finalmente introducía en cada aventura un componente sorpresa, inédito, inesperado, que resultaba lo suficientemente atractivo para continuar con la siguiente novela.

Creó unos personajes con fuerza, los héroes ideales de cualquier película de acción, siempre con un toque muy personal. La saga más larga la protagoniza Dirk Pitt y su colega Al Giordino, ambos cuentan con una saga de 40 años de evolución, sin evolución, pues siguen siendo los mismos personajes en todos los sentidos desde el inicio de la serie.

Tanto el autor como sus personajes alcanzaron la fama con la obra titulada «Rescaten el Titanic», en 1976, la tercera novela de la saga, que se llevó al cine.

En cualquier caso, señalar que he leído toda la producción literaria del señor Cussler. Siempre ha sido reconfortante vivir las aventuras que nos propone, al puro estilo Indiana Jones, con el mar como protagonista de fondo, siempre presente.

Mi atracción hipnótica por el océano, y las aventuras e intrigas que nunca defraudan son una combinación irresistible y suficiente para que Clive Cussler figure en mi biblioteca particular.

Don Pedro Muñoz Seca, simplemente por ser el autor de “La Venganza de don Mendo” merece un lugar destacado en el cuadro de honor de mis autores preferidos.

Escritor y autor de teatro de la “generación del 14”, nació en 1879 y murió asesinado por el bando republicano en Paracuellos cuatro meses después del golpe de Estado con el que tuvo lugar el inicio de la guerra civil española.

Creó el género teatral denominado “astracán”. «Quítenle al teatro de Muñoz Seca el humor; desnúdenle de caricatura, arrebátenle su ingenio satírico y facilidad para la parodia, y seguirán ante un monumental autor de teatro», dijo de él Valle Inclán. Jacinto Benavente añade sobre él «A Muñoz Seca no lo mató la barbarie, lo mató la envidia. La envidia sabe encontrar sus cómplices».

Si en los entornos sanitarios y universitarios hay un mundo de intrigas y puñaladas, en el mundo literario también hay lo suyo,

En fin, sin menoscabo de “Los extremeños se tocan”, que es otra de las obras que me fascinan, “La venganza de don Mendo” es simplemente insuperable, y junto a “Angelina y el honor del Brigadier” de Jardiel Poncela, son obras que marcaron mi juventud e inspiración.

La agilidad mental, la clarividencia que hay en los cerebros que están detrás de ellas nos acercan a la verdad absoluta, esa que normalmente nadie quiere ver.

Si no lo han leído, no pierdan el tiempo busquen y lean “La venganza de don Mendo”

A la hora de ir acercándonos a los autores contemporáneos que más me han impactado no podía pasar el dedicarle una mención especial a Anne Rice, autora de grandes éxitos, cien millones de libros vendidos, no auguran un final en la indigencia precisamente.

Desde su “Entrevista con el Vampiro” que inmortalizó en la gran pantalla un memorable Tom Cruise acompañado por un no menos brillante Brad Pitt, hasta la fecha, Rice ha creado un universo mágico en torno a la mitología vampírica, con Taltos, Demonios y Brujas.

Anne Rice nace en 1941 en Nueva Orleans, Luisiana, Estados Unidos. En su obra rememora la época dorada sureña, una Nueva Orleans atractiva, señorial y misteriosa.

Sus Crónicas Vampíricas crean un nuevo universo en torno a la mítica leyenda. Desmonta tópicos, crea otros nuevos. Pero el vampirismo, la hechicería, el misticismo son una excusa para hablar de amor, de la muerte, la inmortalidad, el existencialismo y las condiciones humanas.

Desde el primer momento, la primera obra, quedé totalmente enganchado y he leído todo lo que Rice ha escrito.

Filosofar sobre la cualidad humana me fascina y comprobar como los americanos se empecinan en buscarle explicación siempre es divertido, aunque no negaré que hace falta un toque de paciencia.

Fantasear sobre la inmortalidad ya es otra cosa, son palabras mayores, es romper todos los parámetros mentales y genéticos del ser humano. Escribir sobre ello sin rubor implica una visión amplia, de larga distancia. Es el sueño de algunos humanos inadaptados, inconformistas con su naturaleza efímera y fugaz.

Más allá del concepto clásico del Conde Drácula, o de la juvenil visión de la saga Crepúsculo, cuya primera novela tiene un pase, aunque el resto se torna mortalmente cansino, con el permiso de Stephenie Meyer, la señora Anne Rice se lleva la palma en este terreno y logra una mezcla de sabores y estilos muy equilibrada.

Sin duda recomiendo una sesión de buceo en su literatura.

WILBUR SMITH

Para los amantes de la historia retroceder en el tiempo es una necesidad a la par que un placer.

Hacerlo de la mano de Wilbur Smith es una maravilla, maravilla, maravilla. Bromas a parte es totalmente cierto. Su saga situada en plena civilización egipcia implica un viaje espectacular por el continente africano, profundizar en una civilización de la que todos procedemos, incluso los que nos jactamos de ser romanos del viejo imperio, de los de verdad.

La fuerza de sus personajes, su pluma ágil, hacen que nos enamoremos de sus novelas históricas de aventuras, como algunos las definen.

Wilbur nació en 1933 en Rodesia del Norte, actualmente Zambia, aunque en la actualidad vive en Londres.

Para mi el descubrimiento fueron las primeras obras de la saga egipcia, Rio Sagrado y El Séptimo Papiro, después no pude evitar devorar el resto de las obras según iban siendo publicadas.

He de reconocer que soy un amante de la novela histórica, y Wilbur me encantó en un momento en el que yo estaba más acostumbrado al estilo de Valerio Massimo Manfredi, pero no me arrepiento de aquella pequeña traición que me trasladó al viejo Egipto y me inspiró dando otra vuelta de tuerca a mi experiencia vital.

Sin duda es otro imprescindible, más contemporáneo que los autores ya recomendados, y es que, aunque quiera no puedo disimular lo mayor que soy.